El golpe de calor es una entidad patológica descrita hace más de 2000 años e implica situaciones que ameritan primeramente una atención rápida y luego una actuación oportuna.[1] Los adultos mayores son particularmente vulnerables a las complicaciones relacionadas con el calor, debido a la disminución de la capacidad del cuerpo para termorregular, así como a factores sociales y de comportamiento, como el aumento de la probabilidad de vivir solos, estar confinados en el hogar o tomar medicamentos que interfieran con ellos.[2] Debido a esto, las temporadas de verano son propicias para el aumento de casos de padecimiento por golpes de calor principalmente en adultos mayores, por lo que en el siguiente articulo te brindamos más información acerca del tema y que puedes hacer para evitar que las personas de la tercera edad sufran de este mal.
¿Qué es el golpe de calor?
El golpe de calor se define como la existencia de temperaturas corporales >40º C y disfunción del sistema nervioso central, que provoca delirio, convulsiones o coma;[3] se caracteriza porque el cuerpo pierde la fase termorreguladora, lo cual hace que el aumento de calor genere los síntomas, pues hay un desbalance entre la ganancia de calor y su pérdida a nivel corporal. Hay múltiples factores que se pueden asociar con esta entidad patológica, el principal está relacionado con los cambios climáticos, pues la contaminación y el daño ambiental han generado que se tengan en el mundo temperaturas extremas, para este caso está relacionado con las épocas de verano.[4]
¿Cuáles solo los factores de riesgos asociados al golpe de calor?
¿Cuáles son los síntomas del golpe de calor en adultos mayores?
Como cuidadores de personas de tercera edad, saber identificar los síntomas y señales de padecimiento por golpe de calor en adultos mayores puede ser de vital importancia, esto nos permitirá acelerar la aplicación del tratamiento y evitar posibles secuelas, los síntomas son:
¿Cuáles son las secuelas del golpe de calor en adultos mayores?
El golpe de calor puede tener graves consecuencias para los adultos mayores, pudiendo llegar a ser mortal si no se trata adecuadamente. Algunas de las posibles secuelas del golpe de calor en personas mayores incluyen:
Es importante destacar que la gravedad de las secuelas dependerá de la rapidez con la que se identifique y trate el golpe de calor. Por ello, es crucial estar atentos a los síntomas y actuar de inmediato para prevenir complicaciones graves o permanentes en los adultos mayores.
¿Qué debemos hacer ante un golpe de calor en adultos mayores?
Si observamos que la persona está sufriendo un golpe de calor o insolación, lo que se debe de hacer es:
En caso de que la persona no se recupere, habría que tumbar a la persona con las piernas flexionadas.
¿Cómo prevenir un golpe de calor en adultos mayores?
Para prevenir los golpes de calor se debe aconsejar a las personas alojarse en lugares con aire acondicionado, usar ventiladores, tomar duchas frías con frecuencia (mínimo cada 8 horas), disminuir el esfuerzo, además de requerirse un alto grado de apoyo familiar, especialmente con personas que tengan discapacidad física o mental, que pueda generar aislamiento social.[5]
Adicionalmente, es aconsejable que las personas que realizan o practican algún deporte tengan otras consideraciones especiales, como las zonas de entrenamiento que eviten las altas temperaturas, equipo de entrenamiento que permita una buena ventilación y sudoración, descanso durante el entrenamiento, evitar la presión de los entrenadores y la automotivación, adecuada hidratación, evitar realizar ejercicio si presenta síntomas iniciales relacionados con la enfermedad y mantener compañía constante durante las prácticas.[6] Otras acciones que se recomienda llevar acabo:
[1] Burt A, English W. Diagnosis and management of heat stroke. Anaesthesiology.gr. 2016 [acceso: 11/11/2019]. Disponible en: https://anaesthesiology.gr/media/File/pdf/WFSA_tutorial_341.pdf1. [ Links ]
[2] Rav-Acha M, Hadad E, Epstein Y, Heled Y, Moran DS. Fatal exertional heat stroke: a case series. Am J Med Sci. 2004 [acceso: 14/01/2020];328(2):84-7. Disponible en: https://www.amjmedsci.org/article/S0002-9629(15)34003-9/fulltext7. [ Links ]
[3] Hifumi T, Kondo Y, Shimizu K, Miyake Y. Heat stroke. J Intensive Care. 2018;6(1). DOI: http://dx.doi.org/10.1186/s40560-018-0298-42.
[4] Yang M, Li Z, Zhao Y, Zhou F, Zhang Y, Gao J, et al. Outcome and risk factors associated with extent of central nervous system injury due to exertional heat stroke. Medicine (Baltimore). 2017 [acceso: 11/11/2019];96(44):e8417. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/labs/pmc/articles/PMC5682795/3. [ Links ]
[5] Epstein Y, Hadad E, Shapiro Y. Pathological factors underlying hyperthermia. J Therm Biol. 2004 [acceso: 24/02/2020];29(7-8):487-94. Disponible en: https://www.infona.pl/resource/bwmeta1.element.elsevier-7e0d7e0f-ad5a-3946-9b87-457494f9cb3f34.
[6] Roberts WO, Dorman JC, Bergeron MF. Recurrent heat stroke in a runner: Race simulation testing for return to activity: Race simulation testing for return to activity. Med Sci Sports Exerc. 2016 [acceso: 24/02/2020];48(5):785-9. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26694842/48.