Según la Sociedad Americana del Cáncer, se calcula que en 2023 se diagnosticará esta enfermedad a 288.000 hombres en todo el país. El cáncer de próstata se presenta en todo tipo de variedades, desde los casos graves y potencialmente mortales hasta las formas más comunes y no agresivas que suelen estar relacionadas con la edad. La enfermedad tiende a aparecer en los hombres a medida que envejecen, por lo que la presencia de enfermedades coexistentes puede influir a la hora de elegir las opciones de tratamiento.

¿Qué es la vigilancia activa?

Tras el diagnóstico, si cumple los requisitos, puede plantearse un enfoque de vigilancia activa en lugar de buscar tratamiento de inmediato. ¿Qué significa esto? Básicamente, se reuniría regularmente con su médico y se sometería a pruebas periódicas para controlar la próstata y asegurarse de que no se produce ningún cambio significativo en el cáncer.

Esto incluiría pruebas del antígeno prostático específico (PSA) aproximadamente cada seis meses y un tacto rectal (DRE) al menos una vez al año. También es probable que su médico le realice una resonancia magnética de la próstata o una biopsia repetida de la próstata con una frecuencia no superior a la anual.

Si se producen cambios en los resultados, es posible que el médico le recomiende adoptar un enfoque diferente y le comente otros métodos de tratamiento, como la cirugía y la radioterapia.

¿Cuándo puede ser la vigilancia activa la mejor opción?

La vigilancia activa del cáncer de próstata es adecuada en pacientes con cánceres de próstata de bajo riesgo que no muestran indicios de haberse extendido fuera de la próstata. Los pacientes con cánceres de próstata de alto riesgo no serían elegibles para este enfoque.

La observación del cáncer como concepto parece confusa al principio, pero si se le diagnostica un cáncer de bajo riesgo, según los resultados de la biopsia, la vigilancia activa evita los efectos secundarios asociados a los tratamientos oncológicos como la cirugía o la terapia hormonal. No se ha demostrado que la vigilancia del cáncer conlleve una probabilidad inaceptable de progresión de la enfermedad.

En personas con otras enfermedades graves o de edad avanzada, la vigilancia activa puede evitar decisiones difíciles relacionadas con la esperanza de vida. Por ejemplo, un señor mayor con muchas otras enfermedades al que se le diagnostica un cáncer de próstata de bajo riesgo puede no tener que preocuparse por tratarlo. Es una conversación difícil de mantener, pero en estos casos, otras enfermedades pueden ser más graves y poner en peligro la vida, por lo que el tratamiento de ese cáncer de próstata de bajo riesgo puede no ser necesario.

Es comprensible que sea un concepto difícil de aceptar. Dicho esto, es importante que hables honestamente con tu familia y tus médicos sobre esta vía de tratamiento.

Disparidades en el cáncer de próstata

En Norte América son conscientes de que el cáncer de próstata afecta de forma desproporcionada a los hombres negros, que tienen más probabilidades de que se les diagnostique y de morir a causa de la enfermedad. Sigo hablando de la vigilancia activa como opción con los pacientes afroamericanos de mi clínica, pero les recuerdo que su enfermedad puede ser más agresiva y que, por lo tanto, es posible que tengamos que hablar de cirugía o radioterapia antes de lo que nos gustaría.

Este debate siempre me recuerda que tenemos que seguir trabajando para que tratamientos como la cirugía y la radioterapia sean mejores y tengan menos efectos secundarios. Seguiremos necesitando estas opciones de tratamiento para muchos hombres, y no es justo esperar que ningún hombre tenga que soportar la carga de estos efectos secundarios durante el resto de su vida. Desde luego, no es razonable esperar que esa carga recaiga desproporcionadamente sobre los hombres negros una vez más.

Seguimos luchando con este dilema: a muchos hombres se les diagnostica un cáncer de próstata que puede vigilarse sin peligro, y a más hombres de los que nos gustaría se les diagnostica un cáncer de próstata agresivo que es peligroso para ellos. ¿Cómo podemos hacer frente a estos dos problemas al mismo tiempo? Hará falta más estudio, investigación y educación de nuestros pacientes. No servirá, en cambio, meter la cabeza en la arena e ignorar esta enfermedad.

Recuerde que para muchos pacientes con cáncer de próstata de bajo riesgo, la vigilancia activa puede ser una opción adecuada y segura. No tema preguntar a su médico al respecto. Arrojemos algo de luz sobre este problema tan común y ayudemos a convertirlo en un problema del pasado.

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