El confinamiento al cual la población se sometió debido a la pandemia de COVID-19, así como la incertidumbre de ver las noticias de padecimientos y muertes diarias por este mal, creo en muchas personas un sentimiento de inseguridad, temor, miedo, aumentando problemas de salud mental como la ansiedad, la depresión y el estrés, otro contrariedad que surgió cuando ya se podía salir fue el “síndrome de la cabaña”, muchos pacientes comenzaron a manifestar síntomas sin darse cuenta, generando incertidumbre en su vida diaria, y conflictos con sus actividades cotidianas como el trabajo o estudios, pero ¿qué es el síndrome de la cabaña? ¿Cómo sé que estoy padecimiento de este síndrome? ¿qué debo hacer si lo tengo?, en las líneas siguientes te explicamos un poco más del tema.

¿Qué es el síndrome de la cabaña?

El “síndrome de la cabaña” se puede expresar como el miedo intenso y/o excesivo a exponerse real o mentalmente a todo lo que conlleva salir de nuestro “lugar seguro” (como una casa) prefiriendo mantenerse en un estado de reclusión ante la percepción de un estado de seguridad y confort.

Es necesario precisar que la palabra síndrome no hace alusión a una enfermedad o trastorno psicológico, ya que como definición la palabra síndrome indica un conjunto de síntomas característicos de una enfermedad o un estado determinado, terminología que aun los expertos descartan para este mal, pero si usan para hacer alusión a una consecuencia (casi natural), derivada de un largo periodo de confinamiento.  Tal es el caso que el profesor de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Gonzalo Hervás evita dar la categoría de patología a los efectos que un determinado confinamiento puede tener sobre las personas. Él considera que la palabra 'síndrome' se refiere a “un conjunto de síntomas que están asociados a una reacción patológica” y que, aunque en la vida cotidiana se utilice la denominación 'síndrome' de una forma “más amplia”, no sería óptimo “darle tal categoría al conjunto de reacciones normales y transitorias que pueden aparecer tras un período de cierre”.

Así mismo hacemos mención que este mal no es nuevo, este síndrome ya ha sido detectado en casos de presidiarios ante su real o posible puesta en libertad; o en personas cuyas vidas han incluido grandes periodos aislados debido a una enfermedad (cuarentena y/o internamiento medico).

¿A quiénes afecta el síndrome de la cabaña?

Generalmente las personas más afectadas son aquellas que viven solas, adultos mayores, personas que han tenido que hacer cuarentena por causa de haber sido diagnosticados por COVID-19 o que han tenido un caso cercano de alguien diagnosticado, así mismo personas que sufren previamente de estrés, depresión y/o ansiedad son candidatos más propensos a ser afectados por este padecimiento.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome de la cabaña?

La sintomatología de este síndrome es similar a las fobias o trastorno de ansiedad, debemos observar tres tipos de niveles:

Nivel cognitivo:

  • Pensamientos altamente negativos en alusión a todo lo que se encuentra en el exterior del hogar o “lugar seguro”.
  • Pensamientos anticipados en referencia a un plan de acción por si “algo malo ocurriese”
  • Pensamientos en bucle en lo que conlleva al máximo control tanto del entorno como las propias reacciones

Nivel fisiológico (respuestas asociadas a la emoción de miedo):

  • Taquicardia, arritmia o corazón acelerado.
  • Sudoración
  • Respiración rápida y superficial
  • Hormigueo de extremidades como manos y pies
  • Nerviosismo generalizado
  • Irritabilidad
  • Dificultades para dormir o seguir durmiendo durante la noche.

Nivel motor (conductas evitativas):

  • Falta de interés por retomar la rutina laboral.
  • Evitar cualquier tipo de contacto social principalmente a nivel presencial.
  • Reestructurar el día a día evitando salir a la calle. (Se evita realizar rutinas cotidianas como salir a pasear al perro, sacar la basura, realizar compras, etc.)
  • Cancelar cualquier tipo de planes previstos con meses de antelación.
  • Se organiza el total de la vida (tanto actual como futura) evitando llevar una vida plena, y comenzando a vivir en un estado de supervivencia.

En caso de padecer del síndrome de la cabaña ¿cómo superarlo?

Primero que nada, debemos de reconocer que el miedo no es malo, es un instinto natural en el ser humano que le permitió sobrevivir a través de los años, por lo que sentirlo o experimentarlo es parte de nuestro ser natural, sin embargo, alimentarlo desmedidamente e irracionalmente nos puede causar un gran prejuicio por lo que es importante reconocer el origen de nuestro temor basándonos en un autoconocimiento.

Para afrontar estos temores te aconsejamos:

  • Llevar acabo salida paulatinas y graduales, puedes por ejemplo salir a la entrada de tu casa, ir a la esquina y así ir aumentando la distancia.
  • Traza metas realizables. Te sugerimos hacer un listado de actividades que te generen cierto grado de miedo o angustia al realizarlas, y puedes empezar realizando la actividad que te genere menos temor, y continuar escalando, concretar estas tareas te ayudará a mejorar la confianza y seguridad en ti.
  • Gestiona una rutina que te permita acostumbrarte a las nuevas actividades que iras realizando gradualmente.
  • Se recomienda además realizar ejercicios de respiración, meditación, yoga o mindfulness. Esto te permitirá mantenerte en calma y activo, disminuyendo los niveles de ansiedad o estrés.
  • Se sugiere realizar videollamadas, llamadas o escribir a tus seres queridos, esto con la finalidad de mantener el contacto social.
  • En caso de sentir angustia o agobio por tus emociones, es preferible expresas estos sentimientos a alguien de confianza, permitirá liberar la carga emocional haciéndote sentir mejor, para el caso de los adolescentes y/o niños es crucial conversar con ellos sobre qué sentimientos les provoca la idea de retomar las actividades. Entre todos pueden apoyarse emocionalmente.
  • Es altamente recomendable buscar ayuda de un profesional, sobre todo si el temor a salir a la calle te desborda solo con pensarlo.
  • Date tiempo y acepta el miedo. Recuerda que solo tú puedes marcar el paso de tu avance así mismo el miedo cumple una función adaptativa. Aceptarlo y reconocerlo, te ayudará a buscar tácticas para enfrentarlo de manera positiva.

 

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