Un esguince de tobillo es una lesión de las bandas de tejido duro (ligamentos) que rodean y conectan los huesos de la pierna con el pie. La lesión suele ocurrir cuando accidentalmente se tuerce o gira el tobillo de una manera incómoda. Esto puede estirar o desgarrar los ligamentos que mantienen unidos los huesos y las articulaciones del tobillo.
Todos los ligamentos tienen un rango específico de movimiento y límites que les permiten mantener las articulaciones estabilizadas. Cuando los ligamentos que rodean el tobillo son empujados más allá de estos límites, se produce un esguince. Los esguinces de tobillo implican más comúnmente lesiones de los ligamentos en la parte exterior del tobillo.
Usted puede tener un esguince de tobillo si nota los siguientes síntomas en el tobillo:
El tobillo puede sufrir diferentes tipos de lesiones. Es importante que vea a su médico cuando tenga problemas con su tobillo. Su médico puede determinar si la lesión es un esguince o algo más grave.
Un esguince de tobillo a menudo ocurre cuando el pie se tuerce o gira repentinamente, forzando a la articulación del tobillo a salir de su posición normal. Durante la actividad física, el tobillo puede torcerse hacia adentro como resultado de un movimiento repentino o inesperado. Esto hace que uno o más ligamentos alrededor del tobillo se estiran o se desgarran.
Como resultado de estos desgarros, puede producirse cierta hinchazón o moretones. También es posible que sienta dolor o molestias al colocar peso sobre la zona afectada. Los tendones, los cartílagos y los vasos sanguíneos también pueden resultar dañados debido al esguince.
Los esguinces de tobillo pueden ocurrirle a cualquier persona a cualquier edad. Participar en deportes, caminar sobre superficies irregulares o incluso usar calzado inadecuado puede causar este tipo de lesión.