El hecho de que una persona tenga osteoporosis significa que tendrá que hacer muchos cambios en su vida, incluidos cambios en su estilo de vida, para detener el progreso de la enfermedad. Sin embargo, una persona no sabe cuándo va a desarrollar osteoporosis, ya que puede aparecer en cualquier momento sin que la persona lo sepa. El diagnóstico sólo se hace cuando la persona empieza a sufrir fracturas por lesiones leves o pequeñas.
Aunque hay algunos síntomas como la reducción gradual pero constante de la estatura, fuertes dolores de espalda y cambios evidentes en la postura, la enfermedad sólo se hace evidente cuando uno empieza a romperse los huesos. Sin embargo, existe una forma de comprobar si se está padeciendo osteoporosis y, al someterse a este examen, se pueden empezar a tomar medidas preventivas o curativas. Esta prueba médica se conoce como densitometría ósea.
En la densitometría ósea, se coloca un aparato en el cuerpo y éste lee la densidad mineral ósea. Una vez conocida la densidad mineral ósea, el médico puede decirle cuáles son sus probabilidades de sufrir una fractura ósea.
El aparato que se utiliza actualmente para comprobar la densidad ósea se conoce como densitómetro óseo. Este aparato es más fiable que una radiografía ordinaria, en la que primero hay que perder el 30 por ciento de la densidad ósea para que se detecte la osteoporosis. De hecho, la densitometría ósea también puede indicar al médico la probabilidad futura de que un paciente desarrolle osteoporosis. La densitometría ósea es el método más utilizado en el mundo para detectar la osteoporosis y mediante este método se puede incluso revertir la pérdida de densidad ósea, ya que se puede detectar a tiempo y se dispone de tiempo suficiente para empezar a tomar suplementos o realizar los cambios necesarios en el estilo de vida.